Visitante nº 
Nombraron en Madrid el primer CARLOS III, rey que nunca gobernó.
La coalición internacional que apoyaba a las cortes catalanas, perdió la guerra y España, perdió a Portugal y a Gibraltar entre otros muchos territorios, recursos económicos, logísticos y de prestigio.
Nuestro país, nunca volvió a ser un imperio.
Antes que nada: para “sencillear” los conceptos, cuando me refiero a Cataluña o catalanes, España o los Españoles, Barcelona o Barceloneses, me estoy refiriendo a los integrados en las clases altas, las clases gobernantes o a las Instituciones. Nunca al pueblo llano. Que nadie se sienta ofendido.
QUE FUERON LAS CORTES CATALANAS EN GENERAL
Las Cortes Catalanas o Cortes Generales de Cataluña fueron el órgano normativo de Cataluña desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII.
Estaban compuestas por los llamados tres brazos:
- El eclesiástico.
- El militar o noble.
- El real o de las villas.
El rey convocaba y abría las Cortes con una proposición real mientras que los brazos eran los encargados de legislar, siempre con el concurso del soberano.
Si las leyes que se aprobaban eran las que rey proponía, recibían el nombre de “Constituciones”.
QUÉ FUERON LAS CORTES DE BARCELONA DE 1701 A 1702
Las Cortes de Barcelona de 1701 fueron las Cortes Catalanas de la época presididas por el rey legítimo Felipe V, (de la Casa Borbónica o Francesa).
Las sesiones las Cortes de Barcelona de 1701-1702 se abrieron el en octubre de 1701 y se clausuraron en enero de 1702, tal vez porque “algo olía a inminente traición”. Pero ¿Qué traición y por parte de quién?
Las Cortes de Barcelona se constituyeron de nuevo ilegalmente en 1705.
Instigaron y provocaron la Guerra de Sucesión, (al traicionar al Rey legítimo e imponer un Rey autoproclamado y pro-catalanista), para toda España sin contar con la aprobación de resto de los territorios de España.
Bajo mi modesto punto de vista, aquello fue un GOLPE DE ESTADO al estilo de Carles Puigdemont.
Y OCURRIÓ ASÍ:
Como ya he dicho, Felipe V (Casa Borbónica o Francesa) firmó y ratificó, como “Constituciones Catalanas” en las primeras Cortes de Barcelona de 1071y 1702 siendo el legítimo Rey.
Carlos III, (Casa Augsburgo o Austríaca, autoproclamado Rey de España en Viena en septiembre de 1703), firmó y ratificó, como “Constituciones Catalanas” en las segundas Cortes de Barcelona de 1705 sin ser el legítimo Rey.
Cuando se formaron unas segundas Cortes de Barcelona de 1705, bajo la presidencia del ilegitimo archiduque Carlos, como rey de España, había entrado en Barcelona tras el triunfo traicionero a la legitimidad (gracias a las recién firmadas Cortes de Barcelona de 1705), traición que culminó con la insurrección contra el legítimo rey Felipe V (de la Casa Borbónica o Francesa), y que propiciaron la rendición de Barcelona ante las fuerzas aliadas (o “Segunda Gran Alianza de la Liga de Augsburgo”), en octubre de 1705, con intención de ayudar a las Cortes de Barcelona a instaurar al austriaco como nuevo Rey Nacional, incumpliendo el mandato del anterior Rey Carlos II.
CONTEXTO HISTÓRICO
En su testamento Carlos II de España, llamado también el “Hechizado”, nombró a Felipe de Borbón, duque de Anjou y nieto del rey Luis XIV de Francia, como su sucesor.
Casi simultáneamente, en 1700, Carlos de Austria (o Carlos III de España a partir de 1705 en el bando austracista Catalán), se proclamaba a sí mismo Rey de España al ser miembro de la casa de Habsburgo, lo que originó tres años después, y con el apoyo de Cortes de Barcelona de 1705, la expansión cruenta e internacional de la Guerra de Sucesión Española.
En enero de 1701, un mes antes de llegar a Madrid para ocupar el trono, Felipe V (de la Casa Borbónica o Francesa) anunció la celebración de Cortes en Cataluña, que iría acompañada de la jura de las “Constituciones Catalanas” por la que Cataluña y el resto de territorios de la Corona de Aragón, preservaban sus fueros, instituciones propias, y autonomía política, como ya llevaban haciendo cientos de años atrás de una forma u otra (a pesar de la gravedad del conflicto de los Segadores 61 años antes, cuyos hechos más trascendentes, fueron, primero el asesinato del conde de Santa Coloma, noble catalán y virrey de Cataluña en 1640 y, después, la pérdida de Portugal.
Siempre jodiendo.
PERO YA ANTES…
En honor a la verdad, el conflicto “dels Segadors”, fue en realidad una auténtica guerra que se inició en 1640 y terminó en 1652, bajo el reinado de Felipe IV Rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña y duque de Milán, imperio donde no se ponía el Sol, herencia intacta de su abuelo Felipe II.
Los antecedentes al conflicto, condujeron a la revuelta de mayo de 1640 y fue propiciada entre el otoño e invierno de 1639, revuelta azuzada premeditadamente desde las instituciones catalanas y un importante sector del clero entre el que destacó especialmente Pau Claris, canónigo de la Seo de Urgel y presidente de la Generalidad de Cataluña.
Las tensiones entre las autoridades catalanas y la monarquía española continuaron hasta que en el mes de septiembre, la Generalidad oficializó su ruptura con la monarquía de Felipe IV
En enero, Pau Claris, al frente de la Generalidad de Cataluña, proclamó la República Catalana e inmediatamente se iniciaron los contactos con el enviado del rey de Francia, Du Plessis Besançon. Días después, ante la amenaza que suponían las tropas castellanas que ya penetraban por el sur de Cataluña, se materializó la entrega del Principado de Cataluña al rey Luis XIII de Francia. El 26 de enero de 1641, el marqués de los Vélez fue derrotado por los catalanes en la batalla de Montjuïc. El conflicto se anunciaba largo y de difícil resolución.
Pero la revuelta también escapó a este primer y efímero control de la oligarquía catalana. La sublevación derivó en una revuelta de empobrecidos campesinos (Segadores) contra la nobleza y ricos de las ciudades que también fueron atacadas.
La oligarquía catalana se encontró en medio de una auténtica revolución social entre la autoridad del rey y el radicalismo de sus súbditos más pobres. ¿Le suena a alguien esta situación esquizoide en Cataluña?
Conscientes de su incapacidad para reducir la revuelta y sus limitaciones para dirigir un estado independiente, los gobernantes catalanes traicionaron al resto de la Nación Española y se aliaron con el enemigo de Felipe IV de España: Luis XIII de Francia.
El Cardenal Richelieu no perdió una oportunidad tan buena para debilitar a la corona española, y mientras que el Conde-Duque de Olivares comenzó a preparar un ejército para recuperar Cataluña con grandes dificultades, ese mismo año de 1640, en septiembre, la Diputación Catalana pide a Francia apoyo armamentístico, que le fue concedido.
En octubre de 1640 se permitió a los navíos franceses usar los puertos catalanes y Cataluña accedió a pagar un ejército francés inicial de tres mil hombres que Francia enviaría al condado aragonés de Barcelona.
Resumiendo, la Sublevación de Cataluña, Revuelta de los catalanes, Guerra de Cataluña o Guerra de los Segadores, se saldó con resultado final que fue muy dañino para España, pero mucho más para Cataluña.
Por otra parte, Francia aprovechó la oportunidad para explotar una situación que le rindió grandes beneficios a un coste prácticamente nulo, tomando posesión definitiva del único territorio transpirenaico de España, especialmente, la provincia de Perpignan.
Pero fue peor la Perdida de Portugal.
Bajo el reinado de los reyes Felipe III de España (o Felipe II de Portugal) y Felipe IV de España (o Felipe III de Portugal), este último tuvo que hacer frente a la revuelta del duque Juan II de Braganza aprovechando la Revolución de “Els Segadors”, iniciada en Cataluña en 1640. Juan de Braganza, con la ayuda del Cardenal Richelieu, consiguió hacerse con el trono portugués bajo el nombre de Juan IV de Portugal.
Con el ascenso al trono portugués de Juan IV, los Braganza se hicieron con el poder y Portugal consiguió la independencia definitiva de la corona española, gracias a la imposibilidad del ejército español de plantar cara a todos los frentes abiertos, especialmente, a las dos confrontaciones más importantes: la de la Revolución del “Els Segadors” en Cataluña y las diversas revueltas en Portugal.
Bravo por la Generalitat de la burguesía catalana, que ya apuntaba maneras. De nuevo, lo dicho: Siempre jodiendo.
Continuando, a partir de 1700, como ha señalado el historiador Joaquim Albareda, “convocar las Cortes al cabo de más de cien años de que éstas no se hubieran reunido era una temeridad”, por parte del Rey Borbón Felipe V, pero fue el abuelo de este incauto Rey, Luis XIV de Francia, quien le aconsejó que lo hiciera para «hacer ver a aquellos pueblos de naturaleza inquieta y celosos de sus privilegios que no tenía intención de suprimirlos». “Asegurar la tranquilidad en España era de vital importancia para asentar a su nieto en el trono”, afirma acerca de la política interna de Felipe V este historiador.
Mientras se celebraban las Cortes de Barcelona de 1701, comenzó la Guerra de Sucesión Española por lo que tras su clausura, Felipe V embarcó en Barcelona el 8 de abril de 1702 hacia el reino de Nápoles. Tras su marcha se produjeron, otra vez más, los primeros conflictos entre las instituciones catalanas y los oficiales reales encabezados por el virrey de entonces.
De nuevo: siempre jodiendo.
El que tuvo mayor resonancia fue la orden de expulsión del “comerciante y ciudadano honrado” Arnold de Jager, junto con su familia, por ser de origen holandés (las Provincias Unidas formaban parte de la Gran Alianza anti-borbónica) aunque residía en Barcelona desde 1661, lo que fue respondido por la Conferencia de los Tres Comunes (de las Cortes de Barcelona), con la petición de la reunión del recién creado Tribunal de Contra-facciones porque consideraba que la orden violaba las “Constituciones de Cataluña”.
¿Le suena de nuevo a alguien esta situación esquizoide en Cataluña?
Finalmente, el rey, desde Italia, revocó el destierro.
Este conflicto coincidió con el crecimiento de los apoyos al “partido austracista” y del sentimiento antifrancés -el cónsul protestó porque los franceses eran insultados con gritos como «oin, oin, gabacho puerco» y los antiguos aliados de la burguesía catalana desde 1640, fueron apedreados en las calles-.
Un general francés afirmó que la mayoría de la gente, especialmente en Barcelona, era contraria a Felipe V y que estos «realistas» eran señalados con el dedo y la gente rehuía de su compañía. El propio Luis XIV, Rey de Francia, se quejó de que no había «orden ni gobierno en Cataluña» -«se ha llegado a tal extremo que en Barcelona se habla públicamente a favor del emperador (de Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico)»- y lo achacó a «las leyes obtenidas en las últimas Cortes de Barcelona», gracias a las cuales «la gente de dicha provincia es cada vez más insolente… y no reconocen la autoridad real (de Felipe V de España)».
LA NUEVA TRAICIÓN DE CATALUÑA A ESPAÑA.
Este ambiente cada vez más hostil hacia Felipe V también se debió al aumento de las personas sospechosas de ser favorables a la causa del Archiduque Carlos o Carlos III de España en el bando austracista Catalán.
El 7 de junio de 1704, el Rey Felipe V (pobre gabacho ingenuo), fue el que proclamó su confianza en la fidelidad de los catalanes, dirigiéndose desde Italia a la Diputación del General y al brazo militar para que defendieran la ciudad frente a sus enemigos, puesto que la guerra ya había empezado.
La Guerra de Sucesión fue un conflicto internacional, pero también un conflicto civil.
Mientras la Corona de Castilla y Navarra se mantuvo fiel al candidato franco-borbónico, las propias Cortes Catalanas que en 1701 habían jurado y aceptado inicialmente como Rey a Felipe V en sus “Constituciones Catalanas” (o como dirían hoy en día, “en el Estatuto de Autonomía”), posteriormente, en 1705, traicionaron su palabra con un nuevo alzamiento en armas, alentado por estos mismos catalanes gobernantes, los cuales, apoyados por una flota inglesa, permitieron la entrada triunfal de Carlos de Austria (como Carlos III de España) en Barcelona y Valencia.
Algo sospechaban los borbónicos. Los gabachos, también tenían su “memoria histórica”.
Digo yo que recordarían la traicionera forma de actuar con quien hiciese falta de las Instituciones Catalanas, como cuando la guerra “dels Segadors”.
Ocurrieron muchas cosas más hasta el 11 de septiembre de 1714, día en que fue tomada Barcelona y 1715, día en que cayó la isla de Mallorca ante las fuerzas del legítimo Rey Borbón.
Ya he mencionado como destacado la fecha 12 de septiembre de 1703, cuando el emperador Leopoldo I proclamó formalmente a su segundo hijo, el archiduque Carlos de Austria, como “Rey Carlos III de España”, lo que hizo posible que Inglaterra y Holanda reconocieran a Carlos III como rey de España.
A partir de aquel momento había formalmente dos reyes de España.
(En 1706, Carlos era proclamado rey en Zaragoza y en el reino de Mallorca prestó su apoyo al candidato austriaco)
Tras la rendición de Barcelona, Felipe V intentó recuperar la capital del Principado de Cataluña y un ejército borbónico integrado por 18.000 hombres que iniciaron el sitio de Barcelona de 1706 el 3 de abril, mientras el propio Felipe V se instalaba en Sarriá.
A finales de abril los borbónicos ya controlaban el castillo de Montjuic desde donde prepararon el asalto a la ciudad.
Pero el 8 de mayo llegaba a Barcelona una flota anglo-holandesa compuesta por 56 barcos y con más de 10.000 hombres, lo que obligó a retirarse a los borbónicos. Felipe V cruzó la frontera francesa volviendo a entrar de nuevo en España por Pamplona.
Posteriormente, los combates fueron favorables a las tropas felipistas, que tras la victoria de Almansa (1707) obtuvieron el control sobre Aragón y Valencia.
Lo que pasó después y sus catastróficas consecuencias para el estado español, es historia, incluida la perdida de Portugal.
Aun así, se sancionaron los Decretos de Nueva Planta, conjunto de decretos promulgados por el rey Felipe V, por los cuales quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia, del Reino de Aragón, del Principado de Cataluña y del Reino de Mallorca, todos ellos integrantes de la Corona de Aragón que se había decantado por el Archiduque Carlos.
La ley de Nueva Planta también fue aplicada a la organización jurídica y administrativa de la Corona de Castilla.
De esta forma se puso fin a la estructura de la Monarquía Hispánica de los Austrias, aunque bajo mi modesto punto de vista, esta ley fue la línea de salida de la decadencia de la Nación Española, pudriendo los cimientos de nuestro pueblo y que, finalmente y de esos polvos y hasta estos lodos, han hecho evolucionar los valores y la economía de nuestra nación, -salvo honrosas excepciones-, a una situación cada vez a peor, como la de la España de mediados del siglo XIX, principios del XX y el desastroso disparate que vivimos ahora en el siglo XXI.
Pero, ¿Por qué afirmo que la Guerra De Sucesión fue, técnicamente, la I Guerra Mundial?
Si observamos esta ficha, no se diferencia mucho de los contendientes e instigadores de la I guerra Mundial del siglo XX:
FECHA DE LA GUERRA:
- 1701-1713/1715
LUGAR:
España, Portugal, Italia, Alemania y Austria, Países Bajos, Francia y América.
CAUSAS DE LA GUERRA:
- Subida al trono español de Felipe de Borbón conservando derecho al francés.
- Interés anglo-austro-holandés (Tratado de La Haya) de repartirse los territorios españoles y derrotar al Rey Sol.
- Infames supuestos derechos sucesorios del Archiduque Carlos.
RESULTADO:
Tratado de Utrecht, Tratado de Rastatt y Tratado de Baden.
CONSECUENCIAS:
- Felipe V es reconocido como rey de España, sin derecho al trono francés.
- Gran Bretaña se convierte en la potencia de Europa en detrimento de Francia y España y adquiere el derecho de asiento.
- Comienzo de la decadencia de la monarquía y de la Nación Española.
CAMBIOS TERRITORIALES:
- España cede Menorca y Gibraltar a Gran Bretaña, Sicilia a Saboya, y los españoles, Nápoles, Milán y Cerdeña a Austria.
- Francia cede zonas de Canadá a Gran Bretaña y consigue Landau in der Pfalz y Barcelonette.
(Dale al “Play” y espera)
BELIGERANTES:
Borbónicos:
- España fiel a Felipe V, heredero legítimo.
- Reino de Francia.
- Baviera (hasta 1704).
- Colonia.
- Mantua.
- Saboya (hasta 1703).
Austracistas:
- España fiel al Carlos III, ilegitimo rey nombrado por los catalanistas que nunca gobernó.
Del Sacro Imperio Romano Germánico, Austria, Prusia y Hanóver:
- Provincias Unidas.
- Inglaterra (hasta 1707).
- Escocia (hasta 1707).
- Gran Bretaña (desde 1707).
- Portugal (desde 1703).
- Saboya (desde 1703).
Leída esta ficha, podría considerarse que esta guerra fue una VERDADERA GUERRA MUNDIAL, o al menos, una guerra en la que participaron las pequeñas y grandes Potencias Occidentales de la época.
Para los escépticos que crean que exagero al decir que la Guerra de Sucesión fue la verdadera I Guerra Mundial, recomiendo la lectura del libro “Resonancias imperiales. América y el Tratado de Utrecht de 1713” de Iván Escamilla González, Matilde Souto Mantecón y Guadalupe Pinzón Ríos.
El libro que surgió por una reunión científica celebrada en 2013 y presenta uno de los periodos menos trabajados en la historiografía de la América hispana y portuguesa de finales del siglo XVII y principios del XIII. Enfocado a lo que fue la Guerra de Sucesión y su desenlace en la firma del tratado de Utrecht, centrando más en la transcendencia de los enfoques historiográficos tradicionales y trasladando el centro de atención a América analizando el impacto que dichos acontecimientos tuvieron en ella. También propone que los efectos producidos por el sistema de Utrecht en América repercutieron a su vez en Europa. Con una perspectiva imperial y planteando su interconexión con otros imperios, en especial el británico, bajo mi modesto punto de vista describe toda una Guerra Mundial.
Pero, para terminar de alguna manera esta publicación, concluyo con esta afirmación, fruto exclusivo de mi modesto, desilustrado y retorcido punto de vista, (como ha hecho la Consellería de educación de la Generalitat desde hace 35 años):
«La Guerra De Sucesión fue la auténtica I GUERRA MUNDIAL, y sus principales instigadores inmorales, traidores y golpistas, fueron los poderes “facticos” de la burguesía catalana de la época».
La historia se repite una y otra vez en Cataluña, sino, que se lo pregunten a Pau Clarís, a Lluis Companys, a Carles Puigdemont y a Quim Torra.
Derechos de autor©Destino Final España está distribuido bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Reblogueó esto en Destino Final España.
Un artículo muy interesante. Muchísimas gracias.
Gracias a ti Joel, por leetertelo.
Gran artículo. Sólo decir que en época de Felipe IV hubo que luchar contra la independencia de Andalucía (cuestión similar a la actual con el Sindicato Agrario de Trabajadores) y que Barcelona no era más que un Condado de la Corona de Aragon (Aragon, Cataluña, Valencia e Islas Baleares sobre todo Mallorca). Cataluña nunca fue reino, sólo fue condado nada mas
Ni reino, ni principado, ni ducado, ni marquesado…y ahora, reducida a dos territorios: Tractoria y Tabarnia. Tiempo al tiempo. Y gracias por leerte este pequeñismo oscuro trozo de historia (se necesitarían 1.000 libros de 1.000 páginas para acercarnos), porque además, de aquellos polvos han salido estos lodos.